Cada vez lo veo más claro y lo siento más duramente en mi pecho. Mi corazón esta agotado de latir con fuerza, poco a poco los latidos que antes exaltaban sentimientos se desvanecen dando paso a largos momentos de angustia. Un latido. ¡Qué sensación tan horrible! no se la deseo a nadie, creo que es lo más doloroso que he sentido jamás. Como se estremece mi corazón, como se encoge en una esquinita de mi pecho. Un vacío tan grande no cabe en un pecho cada vez más contraído. Vuelve a latir. Entre latido y latido caben siglos y hasta centurias. Se escapa la vida en cada suspiro. En mis débiles y erizados brazos que desembocan en diminutas manos temblorosas se percibe el miedo. Los nervios que recorren todo mi cuerpo causan en mi respiración una alteración. Siento que se me escapa el aire, siento que muero. Late, late cada vez más y más fuerte. Parece que en cualquier momento hará ¡BAM! y se acabará dulcemente el sufrimiento. Reposo en tu pecho, eso me calma. Realmente no era necesario, o quizás si. ¿Aún así de que servirá si igualmente te marcharás sin más? Pienso que siento y vivo demasiado. Pienso: "Yo no nací de hojalata, me dotaron de corazón y de razón, mi corazón consigue crear sentimientos sinceros y luchar por ellos, por otro lado, mi razón me regala recuerdos, pensamientos y la detestable duda que siempre ronda mi cabeza al ver que nada tiene sentido. Me siento orgullosa de poder ver con mis propios ojos que no lo tiene." Late de nuevo. Gracias a corazón y mente, mis grandes aliados, soy capaz de tomar conclusiones lógicas aunque ilógicas a vista de quien más necesito que las comprenda. Pese a todo debo decir que sufro grandes contradicciones debido a peleas mente vs corazón que acaban siempre en empate. Algo me dice que finalmente ganará la mente por mucho tiempo, que nadie volverá a devolverme todo lo que me han robado y que mi corazón machacado, aturdido, ansioso, estremecido, derrotado y débil latirá....una....y otra...vez...a un ritmo más y más lento cada vez, hasta latir por una última vez...
....
Mi corazón bruscamente latió. Sentí una opresión tremenda en el pecho, era la propia muerte que arrancaba con sus manos mi pequeño y débil corazón, para ahorrarle el esfuerzo de otro doloroso latido en vano...
Ahora toco el cielo con mis propias manos, aquí no me siento aturdida ni atormentada. Soy libre, no siento dolor...No recuerdo los motivos de mis tormentos, no recuerdo que es el amor...
*Tus deseos están cumplidos.